Las pérdidas auditivas infantiles pueden dificultar el desarrollo del habla
y del lenguaje puesto que la audición es imprescindible para su aprendizaje.
Por eso, es importante diagnosticar la hipoacusia lo más temprano
posible y garantizar que el niño reciba la atención audioprotésica y
logopédica más adecuada.
La mejor manera para detectar una pérdida auditiva lo más rápido posible es
someter a los bebés a los programas de screening neonatales. En los
lugares donde no es habitual someter a los recién nacidos a esta criba, suelen
ser los padres los que empiezan a sospechar que su hijo no oye bien. Existen
algunos indicios que pueden indicar a los padres que su hijo puede tener algún
tipo de pérdida auditiva y que sería conveniente llevarlo a un centro auditivo
a realizarse una prueba auditiva, que es gratuita e indolora.
CAUSAS DE LA PÉRDIDA AUDITIVA EN NIÑOS
En función del lugar del oído en el que se producen, las pérdidas auditivas se dividen en dos tipos: conductivas y neurosensoriales.
PÉRDIDA AUDITIVA CONDUCTIVA EN NIÑOS
Una pérdida auditiva conductiva es el resultado de la reducción de los
sonidos durante su paso desde el oído externo al oído interno. La causa
puede ser un bloqueo o daños en estructuras anatómicas del oído externo, el
canal auditivo o el oído medio.
Es posible tratar la mayoría de las pérdidas auditivas conductivas con
medicamentos o con una intervención quirúrgica. Sin embargo, es posible que los
procedimientos médicos no curen completamente la pérdida conductiva, en cuyo
caso los audífonos aportan grandes beneficios.
La
acumulación de cerumen u otros cuerpos extraños y la otitis son las causas más
comunes de las pérdidas
auditivas conductivas en niños. La otitis media es una infección muy común que
se cura en la mayoría de casos. Sin embargo, una acumulación de tejido de
cicatrización debida a muchos casos de infección puede ocasionar una pérdida
auditiva conductiva que puede ser más difícil de compensar. Una infección crónica
–otro tipo de otitis- puede no ser dolorosa pero la inflamación puede provocar
una pérdida auditiva conductiva considerable. Las infecciones que no se tratan
pueden causar complicaciones severas, como por ejemplo una pérdida auditiva
neurosensorial.
PÉRDIDA AUDITIVA NEUROSENSORIAL EN NIÑOS
La pérdida auditiva neurosensorial se debe a daños en las células
ciliadas del oído interno (la cóclea) y/o las fibras nerviosas que
llevan los impulsos desde el oído interno hasta el cerebro. Este tipo de
pérdidas no se suele tratar con medicamentos ni operaciones sino que se
compensan con el uso de audífonos.
Las causas de las pérdidas auditivas neurosensoriales pueden ser congénitas
(hereditaria o provocada por problemas durante el embarazo o durante el parto)
o pueden deberse a traumas acústicos o a infecciones.




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