lunes, 27 de julio de 2015



LA PREVENCION DE RIESGOS LABORALES

Con el tiempo te acostumbras al ruido… hasta que un día descubres que ya no lo oyes.
El ruido es una amenaza para todos los que se exponen a él. Mucha gente que trabaja en un ambiente ruidoso dice que se acostumbra a ello. En cierto modo, tienen razón. Cuando un sonido fuerte entra en el oído, este se “adormece” y parece auto-regularse a su ambiente acústico. Con el tiempo, la persona afectada deja de oír el ruido y muchas cosas más. Sufre una hipoacusia permanente: una situación angustiosa e irreversible, que afecta tanto a la persona que lo sufre como a la quienes lo rodean.

La prevención es conveniente y en determinados casos, obligatoria.

Cuando el nivel de ruido continuo excede los 80 decibeles (dB),  o hay niveles más fuertes de 140 dB, la ley obliga al empleador a averiguar las causas del ruido y si no es posible remediarlo, a facilitar al empleado la protección auditiva adecuada.
También determinadas actividades cotidianas o relacionadas con el deporte y el ocio, pueden ser perjudiciales para el oído a largo plazo. La utilización de protectores auditivos le asegura una prevención óptima contra el efecto perjudicial del 

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